Prestar dinero a amigos y familiares es una práctica muy común y aunque muchos lo hagan con la mejor de las intenciones, casi siempre todo acaba en una situación comprometedora.
Puede parecer lo más normal del mundo ayudar a un amigo con el pago de su casa o de su carro, o apoyar a primo que está pasando por un divorcio y que necesita "un poco" de ayuda. Los problemas comienzan cuando la crisis temporal se prolonga en el tiempo y hay que hacer de tripas corazón y pedir que nos devuelvan nuestro dinero: una de las situaciones más engorrosas que cualquiera puede enfrentar en la vida. Los temas de dinero entre familiares y amigos son bien engorrosos, porque quieras que no, incluyen un componente altamente emocional por ambas partes.
Estamos seguros de que podrías acordarte de cuando alguien que conoces (o incluso tú mismo) ha sido testigo de una relación que se termina porque le prestó dinero a un amigo o pariente. Todos queremos ser el bueno de la telenovela, pero a nadie gustar quedarse con el sentimiento de que alguien está tratando de tomar ventaja de tí.
Sin embargo, la tarea de prestar dinero (de la que no puedes zafarte muchas veces) puede hacerse por la vía correcta. Todo lo que necesitas es un mediador, una entidad intermediaria que ayude a proteger los intereses de ambos, o sea los tuyos y los de tus amigos. "Prestamigo" te ayudará a apoyar a tus seres queridos de forma tal que no se comprometan ni tu bolsillo ni tu relación con ellos.